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El bruxismo da dolor de cabeza.

Bruxismo y dolor de cabeza.

Algunos de los dolores de cabeza, intensos y persistentes, tienen su origen en dolencias localizadas en otras partes del cuerpo. Una de ellas es el bruxismo.

El bruxismo es una enfermedad dental que consiste en movimientos involuntarios en los que el enfermo frota los dientes de una arcada contra la otra o aprieta la dentadura con fuerza. Es lo que popularmente llamamos rechinar de dientes. Entre sus efectos se encuentra el dolor de cabeza crónico.

Simone Silva, que vive en Madrid, acudió a la Clínica Santé, una clínica dental ubicada en el barrio de Chamberí gestionada por odontólogos especialistas, con una larga trayectoria profesional, para resolver algunos problemas que había detectado en su dentadura. Tras someterse a una inspección por parte de la odontóloga, descubrió que padecía un bruxismo nocturno del que no era consciente. Además, descubrió, que ese bruxismo era la causa de su dolor de cabeza diario.

A menudo, cuando tenemos colores de cabeza recurrentes nos desesperamos intentando solucionarlos. Tomamos analgésicos por nuestra cuenta, pero no conseguimos que se nos vaya. No se nos ocurre que la causa del dolor puede provenir de otra parte de la cabeza o del cuerpo. Cuando esto sucede es conveniente acudir al dentista, más que otra cosa para descartar causas. Problemas dentales como el bruxismo o los trastornos temporomandibulares, producidos en la mandíbula, pueden ser el origen de nuestro malestar.

¿Qué es el bruxismo?

La web Mediline Plus señala que el bruxismo se manifiesta en un frotar de los dientes de atrás hacia delante, uno contra otro. Es un movimiento inconsciente e involuntario que se puede producir tanto de día como de noche. El bruxismo nocturno es más difícil de controlar. Sucede cuando la persona duerme y en ocasiones, ni siquiera es consciente de que se está produciendo. Un ataque de bruxismo puede despertar a la persona, pero cuando vuelve a coger el sueño, existe la posibilidad de que se vuelva a producir.

El bruxismo tiene una gran variedad de síntomas, que dependen de las características de cada persona y de la intensidad de los ataques. Además del desgaste desigual de la dentadura, que puede producir fracturas en los dientes, entre los síntomas del bruxismo se encuentran la sensibilidad muscular, especialmente por la mañana; dolor de oído; dolor de cabeza; hipersensibilidad dental ante los cambios de temperatura; dolor inflamatorio en la mandíbula; insomnio; trastornos alimentarios; y hasta ataques de ansiedad, estrés y tensión.

Las causas del bruxismo son variadas. Desde pasar por una temporada de estrés hasta motivos genéticos.

Entre los factores que pueden hacer que el bruxismo sea doloroso influyen la duración e intensidad de los ataques, el hecho de tener los dientes desalineados, la postura, la capacidad que tengamos de relajarnos, la dieta, los hábitos de dormir y, por supuesto, la cantidad de estrés que tengamos acumulado.

En ocasiones el bruxismo es temporal. Aparece durante unos días y luego desaparece. Otras veces, por el contrario, puede volverse crónico, llegando a ocasionar desajustes en las articulaciones de la mandíbula.

El bruxismo y el dolor crónico de cabeza.

Definimos como dolor crónico de cabeza aquel que se produce de forma recurrente al menos durante 15 días al mes y que puede llegar a ser incapacitante para la persona que lo sufre.

El dolor crónico de cabeza puede tener varios orígenes. Puede ser incluso producto de una combinación de diferentes factores. El dolor de cabeza producido por el bruxismo es difícil de erradicar si no se combate la dolencia dental que lo origina.

Cuando aparece un ataque de bruxismo y se aprietan o rechinan los dientes se produce una gran tensión en los músculos de la mandíbula que se propaga hacia el cráneo, el oído y el cuello. Si los ataques de bruxismo se suceden durante largos periodos de tiempo, de forma regular, esta tensión genera dolor de cabeza crónico. Una situación que se da, sobre todo, en el bruxismo nocturno.

Además de dolor en la cabeza, el bruxismo puede producirnos dolor en la mandíbula, en los hombros y en la espalda, sobre todo en la parte superior.

El bruxismo recurrente genera desajustes en la mandíbula, produciendo trastornos temporomandibulares. La articulación temporomandibular, al hallarse cerca del oído interno, pude propagar el dolor hacia esa zona mediante un fenómeno que se llama dolor referido o dolor reflejo.

Esta dolencia produce a su vez apneas, interrupción del sueño y reflujo gastroesofágico.

Como se cura el bruxismo.

Dentro de los tratamientos para combatir el bruxismo, eldiario.es señala que la más habitual de todas son las férulas de descarga. Se trata de unas férulas encargadas en la clínica dental, que el paciente se coloca por las noches, mientras duerme y que sirven para amortiguar los ataques. No eliminan el bruxismo, pero sí sus efectos negativos, entre ellos, el dolor crónico de cabeza.

Las férulas suelen requerir ajustes cada cierto tiempo, por lo que el odontólogo que lleva el caso suele llevar un seguimiento de la evolución del tratamiento. La elección de la férula adecuada no es sencillo. Se suele optar por férulas rígidas de arco completo fabricadas a medida de la arcada del paciente; sin embargo, se suelen tener en cuenta otros factores como los ronquidos, la limitación de apertura de la dentadura o la existencia de dolores o problemas en la mandíbula para fabricar el protector.

En pacientes que además sufren S.A.H.O.S., el Síndrome de la Apnea del sueño, se suele utilizar una férula especial que se llama dispositivo de avance mandibular, que evita que la respiración se interrumpa.

En casos específicos en los que el bruxismo está asociado a casos de estrés o de ansiedad, se suele recetar una terapia cognitivo-conductual complementada con el consumo temporal de ansiolíticos, antidepresivos y betabloqueantes.

La terapia cognitivo-conductual es una terapia psicológica que ayuda al paciente a gestionar situaciones de ansiedad y evitar recaídas. Mediante estas sesiones periódicas, se dota al enfermo de herramientas que le permitan gestionar los síntomas físicos crónicos y a sobrellevar las situaciones de estrés diario.

En las personas que sufren bruxismo, utilizar técnicas de relajación como la meditación o el mindfulness puede serles de gran ayuda.

En ocasiones el bruxismo es una enfermedad psicosomática. Detrás de este trastorno dental puede haber otros problemas de índole emocional de fondo. Contar con la asistencia de un psicólogo, aparte del aspecto físico que se está controlado en la clínica dental, puede hacer que la dolencia remita e, incluso, que desaparezca.