Un sistema en transformación
Durante mucho tiempo, ser autónomo en España ha sido sinónimo de incertidumbre. Esta situación no se debe únicamente a las exigencias del mercado o a la fragilidad del entorno económico, sino también a la complejidad del propio sistema de cotización. Uno de los problemas más generalizados en los últimos años ha sido el de las cuotas fijas, que no siempre reflejaban la realidad de los ingresos y colocaban a muchos trabajadores por cuenta propia en una situación desigual.
Por esta razón, y con el objetivo de avanzar hacia un sistema más eficiente y ajustado a la realidad de los profesionales autónomos, en 2023 entró en vigor un cambio sustancial: el nuevo sistema de cotización regulado por el Real Decreto-ley 13/2022. Esta normativa establece que las cuotas deben calcularse en función de los rendimientos netos reales, permitiendo una mayor proporcionalidad entre lo que se ingresa y lo que se cotiza. Se trata de un modelo que busca ser más justo, progresivo y equitativo para quienes trabajan por cuenta propia.
Sin embargo, al ser más técnico y burocrático, este modelo se encuentra lleno de matices que no todos comprenden con facilidad. Entender el nuevo esquema, sus tramos, la forma de calcular ingresos y los posibles errores que puede conllevar es una tarea compleja. Por eso resulta conveniente que su implementación se dé progresivamente. El sistema de cotización por ingresos reales comenzó en enero de 2023, pero su despliegue es escalonado hasta 2025, tal como establece el propio RDL 13/2022. Esto les da tiempo a los autónomos para adaptarse y se lo sigue percibiendo como “nuevo” en términos prácticos y comunicativos.
Un cambio estructural: Nuevo sistema de cotización.
No se trata de una pequeña reforma, sino de un cambio de paradigma en la forma de cotizar. Por un lado, el sistema anterior permitía a los autónomos cotizar por una base fija, independientemente de sus ingresos reales, para abordarlo mediante cuotas. Esto significaba que una persona con ingresos bajos podía estar pagando lo mismo que otra con ingresos muy superiores, sin que haya distinciones entre unos y otros. El nuevo modelo, según establece el RDL 13/2022, busca una regulación de cada caso en particular, a partir de un esquema progresivo de quince tramos de cotización, que se ajustan a los ingresos netos del trabajador. Estos tramos permiten que quienes ganan menos de 670 euros mensuales, por ejemplo, coticen una cantidad inferior a quienes superan los 6.000. El objetivo es equilibrar el esfuerzo contributivo y acercarse a un sistema más coherente con los principios de la Seguridad Social.
Para un detalle más profundo de estas modificaciones, encontramos en el blog de la gestoría Toledano una explicación sobre estas modificaciones y como se ve refregada en los siguientes aspectos:
- Altas de oficio en el RETA: Se establece la posibilidad de que la ITSS fije expresamente otra base de cotización mensual superior.
- Plazo de devolución de las diferencias de cotización: Se reduce en un mes.
- Bonificación de cuotas: A fin de que pasen a calcularse sobre la base media de los 12 meses anteriores.
- Tarifa plana: Autónomos con un grado de discapacidad igual o superior al 33%, víctimas de violencia de género o de terrorismo puedan beneficiarse de la cuota reducida durante 24 meses.
- En caso de incumplimiento de la obligación de presentar la declaración del IRPF, la base de cotización aplicable sea la base mínima de cotización para contingencias comunes.
- Pluriactividad: Se permite compatibilizar la prestación de cese de actividad, al cumplirse requisitos puntuales.
Todos estos cambios entran en vigencia de manera progresiva a partir del 2023 y terminarán por volverse efectivos en el transcurso del 2025, para permitirle a los autónomos a adaptarse paulatinamente. Mediante cambios voluntarios de tramo hasta seis veces al año, en función de sus ingresos previstos. De esta forma, se evitan errores y se permite que el usuario pueda adaptarse al nuevo sistema.
Rendimientos netos reales: ¿cómo se calculan?
Aquí aparece uno de los puntos más delicados del nuevo sistema. El concepto de rendimiento neto real implica deducir de los ingresos brutos los gastos necesarios para la actividad, y aplicar además una deducción fija del 7% (o del 3% para autónomos societarios). El resultado es la base sobre la que se define el tramo correspondiente de cotización.
Aunque esta fórmula puede parecer sencilla, su correcta aplicación exige un conocimiento detallado de los gastos deducibles y de las variaciones mensuales que puede tener la actividad. Por eso, muchos autónomos optan por dejar en manos de su asesoría este tipo de cálculos. El RDL 13/2022 no solo cambia el modo de cotizar, sino también la forma en que el autónomo se relaciona con su previsión de ingresos. Esto requiere atención constante, revisión periódica de los datos, y una planificación que muchas veces se escapa de la rutina laboral. Muchas personas todavía no lo entienden del todo o lo están descubriendo ahora. Seguir refiriéndose a él como “nuevo” permite mantener el foco en la necesidad de informarse correctamente y no darlo por asumido.
El nuevo sistema, aunque en la teoría resulta ser más justo, presenta un riesgo claro en su complejidad. Para muchos autónomos no queda clara la forma en que se calculan sus ingresos netos, cómo se encuadran en un tramo, o qué ocurre si cambian su previsión en mitad de año. De esta forma, entre los errores más habituales se encuentran:
- Elegir un tramo que no se ajusta a la realidad económica.
- No actualizar la previsión de ingresos durante el año.
- Desconocer gastos que sí son deducibles.
- Confundir “rendimiento neto” con “facturación”.
Desde entidades como la ATA (Federación Nacional de Trabajadores Autónomos) y el Ministerio de Inclusión, Seguridad Social y Migraciones, se han publicado guías y simuladores para ayudar a entender este nuevo marco. No obstante, el análisis sistemático de fuentes independientes como Gestoría Toledano resulta especialmente útil por su enfoque práctico y adaptado a las consultas más frecuentes que reciben quienes gestionan autónomos diariamente.
- Conclusión: más justicia, pero también más responsabilidad
El nuevo sistema de cotización por ingresos reales representa un paso hacia un modelo más justo. Pero esa justicia está mediada por la capacidad de cada trabajador de comprender y aplicar correctamente las nuevas reglas.
Informarse bien, anticiparse a los cambios y contar con herramientas fiables ya no es una opción: es parte de la responsabilidad fiscal del autónomo actual.