¿No os da la sensación de que, cuando vivís en un sitio en el que os sentís realmente cómodos o cómodas, sois mucho más felices? Dicen los expertos que esta relación entre las dos variables se suele dar entre muchas personas… y tengo que decir que yo soy un firme defensor de esa idea. Solo hay que tener en cuenta que este es el sitio en el que más tiempo pasamos (y más ahora que hay mucha gente que trabaja desde casa y pasa prácticamente todo el día en su domicilio).
He notado en mi propia vida cómo puede cambiar el día a día cuando me encuentro realmente cómodo con la vivienda en la que suelo residir. No cabe la menor duda de que es algo que entra dentro de la lógica y que se ha convertido en habitual sobre todo desde la pandemia, un momento en el que nos vimos obligados a quedarnos recluidos en casa durante más tiempo del que nos hubiera gustado. Debemos tener en cuenta que todas las cosas que vayamos a pensar para nuestra casa van a tener una repercusión de lo más relevante para nuestra vida.
Hay una información que vio la luz en la página web del diario argentino La Nación en la que se deja claro que la casa de la que se dispone influye de una manera directa en el estado de ánimo de las personas. De hecho, la misma noticia matiza que un aspecto como la vivienda tiene una importancia más grande que el salario en lo que respecta a la consecución de la felicidad. Sin duda, es un dato de lo más sintomático y que demuestra que debemos tomarnos muy en serio una cuestión como lo es nuestra vivienda y todas y cada una de las cosas que tienen que ver con ella.
Puedo decir sin temor a equivocarme que sé de lo que hablo. Dispongo de una pequeña vivienda en mi localidad natal, un pueblo situado en un entorno rural y en el que creo que no se vive mal. Pero es cierto que venía notando desde hace algunos años que no me encontraba del todo cómodo en mi casa. Se trata de una vivienda que dispone de unos 80 metros cuadrados. No es demasiado grande, pero he de decir que en ella vivimos mi mujer y yo y creíamos que tampoco era suficiente un espacio que fuera mucho más grande para vivir con relativa comodidad. El caso es que no nos encontrábamos del todo bien.
Creíamos que, en líneas generales, el domicilio ya se estaba quedando anticuado, pero no por el desgaste o fatiga de sus materiales, sino por la disposición de todos los elementos que formaban parte de la vivienda. Una de las cosas que más nos preocupaba era la falta de espacio libre en espacios como la cocina o los dormitorios, lo cual nos impedía sentirnos cómodos a la hora de preparar los distintos menús, comer o descansar como es debido. Aunque solo fuéramos dos personas en casa, empezábamos a notar para mal todas estas cosas y sentíamos la necesidad de hacer algo para corregirlo.
Pensamos en varias opciones. Lo primero fue cambiarnos de domicilio. En nuestra localidad hay casas de todo tipo y la verdad es que podríamos hacer vida en cualquiera de ellas obteniendo de ese modo una rutina mejor, que garantizara más calidad de vida. Llegamos a mirar algunas ofertas e incluso a visitar alguna de estas casas, pero lo cierto es que los precios no se correspondían con la cantidad de dinero que podíamos invertir. Además de eso, tanto mi mujer como yo llegamos a la conclusión de que, llegado el caso, nos daría demasiada pena tener que dejar atrás nuestra vivienda actual, en la que llevamos viviendo muchos años y que atesora la mayoría de los recuerdos familiares de los que disponemos.
Llegamos a la conclusión de que teníamos que reformar la vivienda que teníamos. No solo nos iba a salir más barato que comprar una casa y adecuarla a nuestras necesidades, sino que probablemente íbamos a sentirnos más tristes por haber dejado atrás el sitio en el que hemos vivido tantas cosas. Varios amigos y amigas nos dijeron que siempre hay posibilidades de adecuar una vivienda, por muy antigua que sea, a las necesidades que tenemos. Simplemente debemos hacer un análisis de cuáles son los puntos a mejorar y ver de qué manera se pueden implementar los cambios. Necesitábamos un servicio en el que confiar.
Lo que nos hacía falta como el comer en nuestra vivienda era un rediseño de los espacios interiores, así como un cambio en el mobiliario y apostar por una decoración que realmente fuera moderna y que influyera positivamente en nuestro estado de ánimo. Nunca habíamos solicitado servicios como estos, por lo que tuvimos que ver distintas páginas web y perfiles de redes sociales de empresas especializadas en esto. Se nos quedó guardada en la memoria la web de Bayeltecnics debido a que podía realizar un proyecto de interiorismo para todos y cada uno de los espacios de nuestra vivienda, amén de ofrecernos alternativas para obtener un nuevo mobiliario y para apostar por esa nueva decoración de la que hablaba más arriba.
La verdad es que nuestra vivienda ha cambiado por completo desde entonces. Decidimos acometer acciones en todas y cada una de las acciones que hemos comentado y hemos notado una diferencia sustancial desde entonces. La sensación que tenemos ahora es la de mucha más tranquilidad y no la del agobio que empezábamos a sentir con anterioridad. Ni que decir tiene que eso ha permitido que la calidad de nuestra vida mejore y que sea posible que disfrutemos más todavía de nuestro hogar, algo que estábamos empezando a echar de menos y que nos ha ayudado a que seamos más felices, que a fin de cuentas es de lo que se trata.
Después de todos los cambios que hemos realizado en nuestra casa, tanto mi esposa como yo nos paramos a pensar en cómo es posible que una vida cambie tanto con ellos. La realidad es que esos cambios han marcado un antes y un después y que la influencia que tienen es más que evidente. Seguimos viviendo en la misma casa, que sigue contando exactamente con el mismo espacio que antes. Pero ahora sí que es una vivienda moderna y que hace justicia a lo que merecemos.
Este es el nexo común de los cambios en casas, oficinas y tiendas
No son solo viviendas las que han cambiado la distribución de sus espacios interiores. La ejecución de este servicio es algo que también han necesitado oficinas y comercios de todo tipo. Desde que comenzamos a sondear la posibilidad de hacer modificaciones en nuestra vivienda, solemos estar más atentos a los cambios que se van produciendo en establecimientos de todo tipo porque sabemos que eso va a tener una influencia directa en cómo se sienten sus clientes.
Lo que he venido notando en todos esos espacios es que el factor ligado a la sostenibilidad es más importante que nunca y que es el nexo común entre las reformas o ajustes que se van realizando en dichos espacios. Hay una necesidad muy grande a nivel social para conseguir dejar de depender de energías que son contaminantes y los espacios en los que vivimos o trabajamos se empiezan a adaptar a esas necesidades, como no podía ser de otra manera.
En una noticia publicada en la web de eldiario.es se habla precisamente del cambio de look de casas, oficinas y tiendas y se hace referencia a ese nexo común que es la sostenibilidad. Y es que esta realidad que yo he vivido en primera persona ha venido para quedarse, algo que debemos agradecer porque mejora nuestra vida diaria y hace todo lo posible por cuidar del planeta.
Estoy seguro de que cada vez hay más gente que se encuentra en una posición parecida a la que tenía yo hace algún tiempo, justo antes de cambiar los distintos aspectos que he mencionado de mi vivienda. Somos más conscientes que nunca de que todo lo que tenga que ver con nuestra vivienda es básico para hallar la felicidad y que ese debe ser el principal objetivo por el cual nos levantemos cada día. Ya habéis visto que el lugar en el que vivimos tiene una mayor importancia que el dinero que tengamos en la cuenta para conseguir esa felicidad.
Solo hace falta que encontremos la seguridad necesaria para acometer los cambios que necesita nuestra vivienda. Estamos hablando de aspectos que van a marcar un antes y un después en nuestra vida y que debemos tener claros. Es preciso obtener un asesoramiento que vaya acorde con nuestras pretensiones porque las decisiones que tomemos en este sentido van a marcar los próximos años de nuestra vida. Y no es conveniente que fallemos en esto. Tanto mi mujer como yo tenemos la firme sensación de que acertamos con todas las decisiones que tomamos a lo largo de ese proceso. Y no hay nada que nos haya dejado más tranquilos que eso.