Ser empresario se ha convertido en un deporte de riesgo. Y es que cuando se escucha hablar a los políticos de los beneficios empresariales todos nos pensamos que se trata de los famosos Amancio Ortega o Juan Roig. Ahora bien, nada tenemos contra ellos porque creo que son ejemplos de personas que desde la nada llegaron a lo más alto. Son personas que dan mucho trabajo y son la esencia de este país. Lo que es cierto es que los empresarios, y más en este país que nadie piensa en ellos ni el propio Gobierno, merecen un aplauso.
Por eso, nos da mucha pena cuando vemos que hay empresas que ponen toda la ilusión, y por supuesto, el dinero pero finalmente tienen que cerrar la puerta y bajar la persiana. Porque es cierto que siempre se hace con muchas ganas, se contrata a todo el personal y luego las cosas no salen. Son ideas que ponemos en el cielo, pero que luego el destino nos acaba de poner con los pies en el suelo.
Vamos a hacer un análisis de lo que puede ocurrir en una empresa y cómo se puede mejorar. Siempre pongo el ejemplo de un amigo mío, para más señas se llamaba Pedro, que heredó una empresa familiar que la verdad es que no pasaba por las mejores condiciones ni económicas ni sociales. La compañía no pasaba por buenos momentos Tenía una crisis en su departamento de recursos humanos, con muchos cambios de trabajadores, idas y venidas, despidos y contrataciones, que no gustaban nada. Eso hacía que hubiera una falta de motivación tremenda y un ambiente laboral poco saludable. Tres acciones que suelen provocar la caída de las empresas.
Sin embargo, y después de ser asesorado, mi amigo decidió que era hora de hacer cambios en el departamento de recursos humanos para reflotar la empresa. No siempre un recién llegado puede tomar estas decisiones, y es que si por algo se caracteriza al empresario que luego triunfa es porque sabe tomar decisiones en los peores momentos. Estos es como un equipo de fútbol, cuando todo va bien, es fácil ser entrenador, pero cuando todo va mal, es cuando se demuestra la calidad del técnico.
Motivación
Pues bien, la primera decisión que tomó fue la de centrarse en el bienestar y la motivación de los empleados. Está claro que si no tienes a un grupo de trabajo motivados y con ganas, no puede llegar a nada. Por eso hay que implementar programas de reconocimiento y recompensas, con el fin de incentivar el rendimiento de los empleados. Y es que al final, la vida es una sucesión de recompensas.
Comunicación
Otro aspecto que una empresa tiene que cuidar para que todo salga bien es la comunicación abierta y transparente. Los empleados se tienen que sentir partícipes, pero también escuchados y sobre todo valorados. Ya os digo que eso gusta mucho. Para esto lo que hay que hacer es crear reuniones cada semana de los equipos, también encuestas de satisfacción laboral y la creación de un canal de comunicación para que los empleados pudieran decir sus opiniones y sugerencias. Ahora mismo gracias a las redes sociales y a las nuevas tecnologías es algo que es fácil de hacer. Un buen ejemplo lo tenemos en la aplicación de Kairos que sirve para controlar muchas acciones de los trabajadores, por ejemplo su entrada y salida.
Ambiente laboral
En tercer lugar, hay que saber mejorar el ambiente laboral. Para lograr esto lo que hay que hacer es promover la colaboración, el trabajo en equipo y el desarrollo personal y profesional de los empleados. Para poder hacer esto hay que poner sobre la mesa cursos de formación y capacitación. Otra idea muy buena es la de contar con un coaching para promover el crecimiento y la satisfacción laboral de los trabajadores. Una figura nueva que no se tiene que ver como un gasto, sino cómo una inversión que a la larga lo vamos a ver.
Y dicho y hecho. Aunque es cierto que se tardó en ver los resultados, el departamento de recursos humanos va creciendo y tiene un impacto positivo en toda la empresa. Gracias a esto, la plantilla de trabajo fue asentándose, dejaron de haber esos cambios de entrada y de salida. La productividad y el compromiso de los empleados aumentó y la verdad es que el ambiente de trabajo fue inmejorable.
Gracias a estos cambios, la empresa logró superar la maldita crisis en la que se había metido. Y comenzó a crecer en el mercado nuevamente, hasta el punto de que incluso se abrió al mercado internacional, que es lo que más cuesta. Lo que se ha demostrado es que el bienestar y la motivación de los empleados son fundamentales para el éxito de cualquier empresa, eso es algo que no tiene dudas.