¿Qué funciones realiza un procurador?

El procurador interactúa entre el abogado y el Juzgado, y representa a su cliente ante los tribunales. Pero esa representación se ha ido especializando, ya que hoy se diferencia entre representación legal, voluntaria y procesal. Para ejercer de procurador debe tener finalizada la carrera de Derecho y obtener el título de Procurador, expedido por el Ministerio de Justicia. También debe realizar el Máster de Acceso a la Procura y colegiarse en el lugar donde se encuentre su despacho principal. Y prestar juramento o promesa ante el órgano que corresponda, y estar dado de alta en la Mutualidad de Procuradores de los Tribunales de España o en el Régimen Especial de Trabajadores Autónomos de la Seguridad Social.

Para ejercer de procurador también necesario tener nacionalidad española o de alguno de los Estados miembros de la Unión Europea. El procurador está obligado a colaborar con los órganos jurisdiccionales en la Administración de la Justicia y a representar a los litigantes sin recursos económicos en los casos provistos por la ley. El procurador defiende los intereses de sus representados y mantiene un contacto con el abogado, para conocer muy bien el proceso y tener informado al cliente. Se encarga de todos los trámites, es decir, recibe y firma los emplazamientos, citaciones, notificaciones, resoluciones y requerimientos.

Es un profesional especializado en los procedimientos procesales y actúa de intermediario entre el juzgado, el abogado y el cliente. Desde el blog de la Universidad Europea explican que «es preciso acudir con un procurador para presentar una querella. También, es necesario este profesional si se quiere intervenir en una causa como perjudicado y, en el caso de ser la persona querellada o denunciada, cuando sucede la apertura de juicio oral».

Asiste a todas las diligencias y actos necesarios del pleito en representación y a favor de su cliente. También paga los gastos que se generen a instancia del cliente. Este experto agiliza los procesos judiciales y comunica cualquier imposibilidad que su cliente tenga en relación a alguna actuación encomendada por el juzgado. Cuando enfrentamos un procedimiento legal, la situación puede resultar abrumadora y, por eso, la intervención del procurador es esencial en la mayoría de los procedimientos.

Su papel complementa el trabajo del abogado para garantizar la correcta tramitación del caso. Pero existen determinados casos en los que solo es necesario contar con el asesoramiento de un abogado, ya que esto dependerá de las distintas ramas o jurisdicciones del derecho: civil, penal, laboral y administrativa. Las funciones de un procurador son variadas y su misión principal es agilizar los procedimientos judiciales y realizar las gestiones necesarias para el buen desarrollo del proceso judicial.

Para conocer más funciones del procurador nos hemos puesto en contacto con los profesionales de la empresa Moliner procuradores y estos expertos en representación procesal y en gestión de expedientes judiciales nos han  explicado que el procurador presenta y elabora escritos ante el juez, y publica edictos y anuncios oficiales en los Boletines Oficiales.

Ya sabemos que el procurador representa al cliente ante el juzgado, pero no defiende su causa. Es una persona intermediaria entre la administración de justicia y el demandante o acusado. Esta figura consigue que todas las formalidades y trámites judiciales se realicen correctamente. En el ámbito judicial, es fundamental comprender las diferencias entre los roles de un abogado y un procurador. El abogado se encarga de la defensa de una persona para preservar sus derechos frente a otras personas y se centra en la asesoría legal de sus clientes.

El procurador recibe las notificaciones del Juzgado y ayuda a agilizar los procesos judiciales. Ya sabemos que ambas profesiones desempeñan funciones esenciales, pero el abogado no puede suplir la ausencia del procurador en una representación, y el procurador no puede realizar el interrogatorio de los testigos. Ambas profesiones son complementarias dentro del sistema legal y no pueden sustituirse ni intercambiar funciones.

El procurador se centra en la gestión y representación procesal, y el abogado se encarga de la defensa jurídica y la estrategia del caso. Cada uno tiene roles claramente definidos que garantizan una representación legal eficaz. Ya sabemos que el abogado se centra en la defensa de los derechos, y el procurador actúa como intermediario y gestor procesal.

El abogado a veces consulta con el procurador el trámite óptimo, ya que conoce el criterio del juez o del letrado de la Administración. La misión del procurador es que la justicia sea ágil para que sea más eficiente y por eso reclama todos los días agilidad y rigor profesional a los diferentes órganos judiciales. Esta figura debe ser una persona disciplinada, ya que se responsabilizará del procedimiento, y tendrá en orden los expedientes y el seguimiento de estos.